1.12.08

Ese niño

Después de unos días sin escribir, y sin hacer prácticamente nada, que todo hay que decirlo, vamos a darle otro empujoncito al blog....

El otro día tuve que coger el metro durante 1 hora, junto con 2 transbordos, y la verdad es que ya me he acostumbrado a él... tantos años moviéndose por la ciudad te hacen que te sepas medio plano de memoria.

El caso es que me sentí identificado con un niño, un niño que me recordó a mi infancia de cuando empezaba a observar el mundo exterior, a captar por los ojos y oidos el resto de situaciones cotidianas de la gente, y me di cuenta de que echaba de menos todo eso, todo lo que he dejado atrás, sin tantas obligaciones, sin tantas responsabilidades... Cada vez creo más firmemente que la ignorancia es la felicidad, o al menos ayuda a conseguirla.
Ahora ya no es divertido ver a una persona que tropieza, ni las tonterías de algunas series que antes nos tenían enganchados, ni siquiera la tele, esa maldita caja tonta, te saca de los embrollos que están enmarañados en tu cabeza....

Demasiado pensamiento, hay que fluir más e interactuar menos con el entorno... Dejarse llevar... Es el único modo de no caer en el sistema, de no convertirse en pieza de la maquinaria, sólo así se conserva ese ápice de vida que es la libertad.

Y de eso te das cuenta cuando no tienes a nadie al lado con quien comentar lo que está sucediendo en la acera de enfrente, de que no consiste en decir todo lo que ves, si no en pensar todo lo que dices. Sólo entonces acaricias ese grado de libertad que andas buscando, pero a la vez echas de menos esa ignorancia, esa simpleza, que hacía que la vida fuese más fácil en todos sus aspectos...




[Currandillo]

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