23.2.09

Andando en círculos


¿Cómo afrontar un problema si no es la primera vez que te enfrentas a él? ¿Cómo coserle un parche a lo más profundo de tus sentimientos? ¿Cómo volver a empezar con las mismas ganas, ilusión y energías?

Es imposible, es como andar en círculos: siempre se llega al mismo sitio, pero cada vez más y más agotado, cada vez con más ganas de pararse y no continuar. Cada vez con más desidia, con menos empeño. No sólo es agotador, ni tampoco deprimente, sino que a su vez parece imposible de evitar.

¿Cómo afrontar la soledad cuando ya no quedan fuerzas, cuando tu último aliento lo entregas a una causa perdida? ¿Cuál es la respuesta a todas estas preguntas?

Quizá es inevitable andar en círculos, quizá estamos hechos para ello, pero cansa, agota, merma, disipa, disuelve, dispersa, hace estallar cada una de las concepciones de la vida que tenemos.

Es como una ecuación trigonométrica, igual que el seno o el coseno... siempre el mismo camino con diferente longitud, pero con la misma frecuencia, con el mismo resultado cada X tiempo. Como una partida de ajedrez, en la que tras varias combinaciones, al final acaba en jaque mate... y vuelta a empezar. Como esa copa de vino, rojiza en un principio, va perdiendo color a cada sorbo que recibe.



No tengo respuestas, sólo tengo mil y una pregunta, mil y una dudas sin resolver. No tengo fuerzas para buscar las respuestas. No quedan ganas de encontrar soluciones ni de nada.

Quizá sea un nuevo ciclo en el devenir de vivir, o quizá vuelvo a estar en el principio del camino, ese que llevo andando en círculos desde hace tanto tiempo.

¿Vivir? Con el paso del tiempo, cada vez cuesta más. Cada vuelta del camino se complica hasta quebrantar la confianza para continuar en él.

Quizá ha llegado el momento. Quizá no. Pero de ahora en adelante, no seré yo quien decida, sino las circunstancias que haya a mi alrededor, lo que haré cada minuto siguiente.


·· Buscando un objetivo ··

2.2.09

Knittelfeld

Ese es el lugar de origen de la nueva persona que se ha incorporado a mis vivencias diarias... hoy me ha tocado sacarlo de compras...

Y ha sido gracioso ver tan de cerca cómo los extranjeros europeos se tiran al jamón aunque sea de la marca carrefour, o se cenan una pizza familiar de jamón por persona...

Pero esto ha sido después de que Nerea le apuntase su nombre en un papel y ella le preguntase: ¿te gusta Nerea? Con esto ha habido risas y tal cual... jejej... el pobre ni se enteraba, se pensaba que nos cachondeábamos de él...

Pero no ha sido la última antes de la compra, sino que para equilibrar la balanza, mientras decidían quién ponía la lavadora, se ha oído la voz de Lucía: "Christophe, tú y yo ahora en la lavadora".

Ya os podéis imaginar el descojone que ha habido justo después de la frasecita, y si no os lo imagináis, es porque no conocéis a un Austriaco que no entiende ni papa de español...

Qué tarde más curiosa, tenía que contarlo.

Pero lo mejor de todo es que se ha pillao pa él solico una botella de vodka, otra de ron, otra de vino y una caja de cervezas... bueno, no sé si el aceite también se lo bebe... pero poco más es lo que ha comprado... qué forma más peculiar de ser...


Ya dejo de compartir mis experiencias de una tarde completamente distinta a todas las de mi vida.


Que ustedes descansen tanto como yo, o en su defecto, un poquito menos.
Besitos pa quien los quiera.